Hace poco, en una reunión de Directorio escuché a uno
de los gerentes comentar sobre otro colega, que le faltaba “presencia
ejecutiva”. ¿A qué se refería concretamente y qué tan importante es?
La presencia ejecutiva tiene
que ver con la imagen que irradias,
cómo te presentas y te comportas. Tiene que ver con mostrarte seguro, estar en
control y con la actitud que proyectas cuando entras a una sala, aunque no
digas nada. Es importante, porque te da
credibilidad, hace que te escuchen y construye confianza. ¿Alguna vez has
observado a alguien y has pensado que esa persona va a llegar lejos en la vida?
Probablemente mostraba presencia ejecutiva.
Quien tiene presencia
ejecutiva está alerta, habla con optimismo y seguridad, da la sensación que va
a lograr importantes cosas en la vida. Hace que otros quieran acompañarlo en el camino.
Como medir tú presencia
ejecutiva:
Califícate del 1 al 5 en los
siguientes puntos y sabrás dónde debes trabajar para mejorar tu presencia
ejecutiva.
Características/Valuación
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1
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2
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3
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4
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5
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Tono de Voz
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Contenido de lo que
dices
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El lenguaje
corporal
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Comportamiento
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Apariencia
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El
tono de voz. ¿Hablas con energía y entusiasmo? ¿Irradias
seguridad y aplomo? ¿Hablas con soltura? ¿Sabes modular tu tono de voz de
acuerdo a la situación?
El
contenido de lo que dices. ¿Tu comunicación es clara? ¿Tienes
muletillas o malos hábitos de comunicación?
¿Tienes un punto de vista y lo compartes aunque difiera del resto?
¿Provocas con tus ideas? ¿Tus ideas tienen sustento? ¿Usas anécdotas o ejemplos
con los cuales las personas se pueden relacionar? ¿Usas palabras poderosas? ¿Haces
preguntas que generan conversaciones? ¿Sabes usar el silencio?
El
lenguaje corporal. ¿Tienes buena postura? ¿Se te ve saludable?
¿Estableces contacto visual? ¿Te ayudas con expresiones faciales o físicas para
enfatizar tu discurso? ¿Tu higiene personal y corte de pelo son las de una
persona exitosa? ¿Cuándo hablas o te hablan, miras a los ojos? ¿Sonríes?
Comportamiento. ¿Te
haces sentir cuando entras a una sala? ¿Proyectas confianza y credibilidad?
¿Cuándo hablas, te escuchan? ¿Enganchas a la gente con tus ideas? ¿Involucras a
otros en las conversaciones? ¿Invitas a puntos de vista divergentes? ¿Puedes
tomar decisiones difíciles? ¿Celebras lo bueno en otros? ¿Presentas a las
personas? ¿Saludas y agradeces? ¿Te muestras calmado y bajo control aún en momentos
críticos? ¿Eres optimista? ¿Muestras agilidad ejecutiva? ¿Llamas a las personas
por su nombre? ¿Saludas? ¿Lees? ¿Escuchas? ¿Te conduces de acuerdo a la
etiqueta profesional? ¿Tratas a otros como te gustaría que te traten a ti?
Apariencia. ¿Te
preocupas por conocer el código de vestimenta adecuado para el entorno o
cultura corporativa? ¿Tu ropa irradia éxito y buen gusto? Comprender que: “no
se trata solo de colores y cuidado personal”.
Se trata de algo más completo, que “parte de un análisis de tu profesión
y los valores que quieres proyectar, seguido por un entendimiento de cómo te
perciben otros, para recién elaborar un diagnóstico que permita armar una
imagen integral. Incluye la comunicación verbal y todos los otros componentes
que contribuyen a formar una buena presencia ejecutiva.”
Conclusiones:
Para cerrar, comparto algunas
observaciones “la presencia ejecutiva no tiene que ver con el desempeño o
resultados” (esto se sobreentiende y tiene que estar presente por default),
“tiene que ver con tu imagen: cómo actúas (gravitas), cómo hablas, y cómo te
ves, las señales que mandas, si te muestras listo para el siguiente
desafío”.
De otro lado, según un grupo
de líderes encuestados, uno de los hábitos más molestosos, que resta puntos de
la presencia ejecutiva, es “el continuo acceso a los accesorios electrónicos,”
porque “evita el contacto visual y muestra que la persona no está poniendo
atención”, lo cual secundo totalmente.
JORGE DEL CASTILLO CORDERO