¡Mi jefe no sabe lo que pasa en la empresa! Esa es la reacción que logramos muchas veces
al dar el feedback a nuestros subordinados. La manera como se da la
retroalimentación tiene un impacto crucial en el ejecutivo que la recibe.
Podemos lograr que mejore o que se cierre, no mejore y además empiece a hablar
mal de nosotros a nuestras espaldas. A continuación una lista de consejos que
nos permitirán aumentar las posibilidades de que este proceso acabe en algo
productivo:
1. Busca el lugar y momento adecuados.
Necesitas un lugar tranquilo y privado y que la persona que recibe la
retroalimentación esté concentrada. Evita dar feedback a alguien que
enfrenta una fecha de entrega importante o un problema personal. Posterga
cuantas veces sea necesario la reunión hasta lograr que el ambiente sea el
apropiado. En este caso más vale no tocar el tema a hacerlo en el momento no
adecuado.
2. Menciona lo positivo primero. No
porque quieras alargarlo para disminuir críticas posteriores. Di lo positivo
primero porque necesitas reforzar esos comportamientos en el ejecutivo. Quieres
que siga haciendo aquello que hoy hace bien. Muchas veces, al obviar este paso,
consigues que el ejecutivo se centre en sus oportunidades de mejora y deje de
lado fortalezas que ya tenía dominadas (pero no consolidadas). Tapas un hueco y
creas otro. Lo que deseas es que el ejecutivo tenga una mejora manteniendo sus
fortalezas actuales.
3. Provee ejemplos de situaciones y
comportamientos. Haz esto tanto para expresar sus fortalezas y debilidades.
Deberías ser capaz de mencionar cuando menos tres ejemplos puntuales recientes
en que se manifieste el comportamiento del que hablas. Si no eres capaz de
reunir como mínimo tres ejemplos, olvida tocar el tema. Es posible que estés
tratando de dar feedback infundado. Sólo lograrás confundir al evaluado.
4. Habla con diplomacia. Algunos
gerentes son demasiado directos al expresarse y ofenden al evaluado.
Aconsejamos decir la verdad pero plantearla de manera positiva. No digas: “Eres
el peor de la oficina haciendo presentaciones”. Di “Tienes una oportunidad
importante para mejorar tus presentaciones”. Si tú fueras el evaluado, ¿no te
sería más fácil estar de acuerdo con la segunda afirmación?
5. Provee ejemplos de cómo otros
superan áreas de oportunidad semejantes. Úsate como ejemplo o usa a otras
personas allegadas al evaluado. Con esto creas empatía y transmites que lograr
un cambio es difícil, pero es posible. Ejemplos exitosos de primera mano
motivan positivamente para afrontar el reto.
6. Corrobora constantemente si la
persona está de acuerdo con lo que dices y lo entiende con claridad. Si no
es el caso, pregunta por qué no está de acuerdo y provee más ejemplos que
clarifiquen el punto y ayuden a entender tus observaciones.
7. Establece un plan de seguimiento.
En muchos casos deberás proveer al evaluado herramientas que faciliten el
cambio. Estas podrían ser: evaluaciones periódicas de 360 grados, cursos de
capacitación, equipos, feedback constante de tu parte, etc. Es crucial
que al terminar el proceso de feedback se establezcan los
siguientes pasos y, como en todo proyecto de cambio, se establezcan puntos de
control con objetivos medibles
(*) Articulo en el
Diario Semana Económica 28.09.2011
JORGE DEL CASTILLO
CORDERO
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